Hace un tiempo intercambiaba opiniones con algunos diseñadores sobre la molestia que me generaba su tratamiento de los clientes, sobre todo el punto de que se traten sus trabajos como piezas de arte, que no son cuestionables y que si un cliente plantea que no sirve es porque el cliente "no sabe nada". Digamos que en la concepción de muchos diseñadores, el cliente no tiene la razón, ni es el rey.
Obvio que nunca nos llegamos a ponernos de acuerdo, por diferentes visiones y posiciones.
Sin embargo, hace unos días, uno de los mejores diseñadores que conozco de Córdoba, ante el mismo planteo me dió una respuesta que me convenció. El planteaba que lo que me pasaba a mi es exactamente el mismo problema que le pasa a los diseñadores. Es un problema de lenguaje. Pero no un lenguaje oral, o el famoso problema de "comunicación", sino entender al diseño como un lenguaje de símbolos. Una forma de trasmitir algo que no tiene que ver con la palabra o lo oral, pero que como todo "idioma" tiene un tiempo de maduración hasta que lo utilizas con fluidez.
Quienes entienden claramente el lenguaje, tienen que enseñar (con paciencia, tiempo y recursos) a los que no lo entienden a ver la misma simbología, y recién ahí se puede presentar o defender un trabajo a un cliente. Si no contamos con esa capacidad en común, es como explicar una emoción en chino a un cordobés... y como siempre en la comunicación el mayor responsable es el que está emitiendo el mensaje (sea en el lenguaje que sea), y el receptor es el que finalmente decodifica ese mensaje para su absorción. Un receptor en un idioma que no conoce, nunca recibe el mensaje! y el emisor tiene que ser consiente de esto.
Después de la explicación de este nuevo concepto para mí, mezcla de comunicación e idiomas, entiendo un poco mas la lógica del diseño, y obviamente voy a pedir a quienes trabajen con nosotros la paciencia como para enseñarnos ese lenguaje al presentar un trabajo.
2 comentarios:
Este concepto se puede aplicar a todos los ámbitos. Por ejemplo, yo trabajo como analista de software. Mi trabajo consiste en analizar requerimientos del cliente o del mercado, generar una solución de software y comunicarla tanto al cliente (o a un referente en el caso del mercado) y a los desarrolladores. Me encuentro en el medio de dos realidades diferentes, con símbolos totalmente diferentes, haciendo de puente entre dos mundos. La solución viene dada por utilizar una serie de recursos comunicacionales que suele variar con el receptor del mensaje (gráficos, textos, reuniones) y siempre se tiene que llegar a acuerdos sobre cómo comunicarse.
Pero una cosa es segura a partir de este escenario: no se puede hacer un documento que se explique por si mismo: siempre va a haber lugar para la duda.
Sebastian, estoy de acuerdo, no lo había pensado así pero también es aplicable. En un post de hace un par de meses contaba como hacian los físicos para contarle a la humanidad sus descubrimientos y creo que puede vincularse también con esto.
Publicar un comentario