Frustrando a los alumnos...

Desde hace dos años, estoy dando clases de "Autogestión y Desarrollo de Emprendimientos", en el Colegio Universitario de Periodismo Trejo y Sanabria de Córdoba. El objetivo de la materia es enseñar a desarrollarse como emprendedores y contar con herramientas para crear compañías.
Cuando armaba la clase, pensaba que decir para "motivar" a que alguien cree una empresa, y decidí hacer completamente lo contrario: Frustrarlos. Los que siguen el blog saben que soy un defensor del fracaso, desde una óptica de etapa necesaria para el éxito.

Cuando se procesa la tasa de supervivencia de emprendimeintos nuevos, nos da una probabilidad de éxito, de cada idea nueva de negocio, del 1%. La misma probabilidad de ganar la quiniela. Poniendolo de esta forma, el exito no depende solo de la idea, o del mercado, ni siquiera del capital, sino de la capacidad del emprendedor en "soportar" y superar la frustración de fracasos constantes que son necesarios para conseguir hacer realidad su visión.

Quién después de las primeras clases de frustración, aún quiere crear una empresa, dió el primer gran paso para lograrlo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encanto la expresion "defensor del fracaso".

Hay una situación que dice...

Un tipo tiene exito en su trabajo y otro le dice.. "Que suerte que tuviste" a lo que el primero responde..
"Es cierto, se ve que mientras más persevero más suerte tengo".

PD: Está un poquito retocada, para hacer mas ilustrativa la idea.

Pablo Verdenelli dijo...

Gancé,

Completamente de acuerdo. El fin de semana me preguntaban si no era un poco peligroso encarar el proceso por la desmotivación, pero sinceramente creo que es algo necesario y determinante en el exito.

Como ejemplo puedo citar un par de situaciones, y ya conocen sus desenlaces:

"Entonces fuimos a Atari y dijimos: Hey, tenemos esta cosa sorprendente, aún está construída con algunas de sus partes, qué piensan acerca de asociarse; o se la daríamos.Lo único que queremos es hacerlo. Paguen nuestro salario y vendremos a trabajar para ustedes. Y ellos dijeron... NO!! Entonces fuimos a Hewlett Packard y ellos dijeron: no los necesitamos. No han pasado por la universidad aún". - Steve Jobs, fundador de Apple Computers, en su intento por interesar a Atari y HP en la computadora personal que había desarrollado junto a Steve Wozniak.

Anónimo dijo...

La desmotivación desde el aspecto pedagógico es nada recomendable. Visiblemente contraria a las doctrinas que levantan la bandera del trinfo y superación y contante motivación por parte del educador.
Desde la posibilidad de que algo como el fracaso, te irrite la sangre, el intelecto y la búsqueda constante del triunfo sostenido y perdurable es prometedora. Insita a las almas jóvenes ( y no tan jóvenes) con entusiasmo propio de los idealismos de los jóvenes insita a la búsqueda de demostrar que yo puedo.
Un inductivismo positivo desde lo negativo, dirá un amigo que participó de la charla en búsqueda de nuevas ideas, en donde puse en práctica algunos items de apuntes de clases que les acerqué.
Motivada, sí. Ansiosa, más.
Romper con los conceptos, muchas veces estáticos de la educación, permiten estas desmotivaciones que ameritan ponerse a pensar: yo puedo tener una buena idea, lograr un emprendimiento y sostenerlo.
Solo hace falta pulir con herramientas eficientes.
La búsqueda en el intelecto de cada uno, de la novedad, originalidad o vuelta de tuerca de lo ya inventado convida a ser creativos.
Buena clase!
La Maga.

Pablo Verdenelli dijo...

UAU!, muchas gracias por el comentario Maga!, evidentemente tenes un gran talento para escribir, tendrías que canalizarlo en algún emprendimiento. Un blog puede ser el primer ensayo..

Anónimo dijo...

A ver... la palabra frustración ¿no es algo fuerte? En un sistema exitista como el nuestro la palabra frudstración parecería no dejar más caminos adelante, no dejar alternativas, y menos que menos, ganas de seguir intentando.
Sin embargo recuerdo a Stanilavsky en sus primeras clases de teatro, ensayando los primeros monólogos de Hamlet, y sintiéndose "frustrado" por la exigencia y la negación de su docente.
Recuerdo también una entrevista de Norma Aleandro en la que contaba que su primera profesora de teatro le aconsejó que no siguiera porque no tenía talento.
La noción de fracaso es muy fuerte, y parece habérsenos olvidado aquella tenacidad de los tanos inmigrantes y duros como son, le ponían el cuerpo a todo lo que emprendían, a pesar del exilio, la pobreza, y la explotación.
No sé si la frustración sirve pedagógicamente, pero creo que te pone en una situación límite: camino riesgoso ¿te animas o no? De lo que sí estoy convencidísima es que lo ideal es encontrar desde uno mismo lo que puede explotar... Y aunque esto suene a un señalador de Paulo Coelho el autoconocimiento no es joda, y es un camino interesantísimo para recorrer. Para los pragmáticos desde un motivo muy simple: sólo aquello que se disfruta plenamente, podré ponerle todo de mí plenamente, y es imrpesionante como brilla una perosna cuando esta en un lugar que le gusta.
Si me asusté con al cantidad de proyectos fundidos antes de infoxel, cuando lo escuché en la clase, y la verdad es que las ganas que le tenía al microemprendimiento se desinflaron un poco. Personalmente soy una cabeza dura, pero no sé hasta que punto es posile en nuetsro país soñar con un microemprendimiento que no crezca a costa de los demás, que sea rentable, y que este hecho con personas que poseen muy poco capital. Abro la cabeza a ver qué pasa...
La verdad es que estoy bastante harta de que me vendan modelos imposibles de éxito, o mejor dicho de que me vendan modelos de éxito... Si intuyo bien, ¿la idea es crear el propio camino?

Garabita