Después del primer día de "recepción", al día siguiente presenté en la Universidad de Salamanca, a Infoxel, como caso de creación de compañías en Latinoamérica. Todos sabemos lo complejo que es en nuestros países emprender... tanto por el contexto de crisis como por la inestabilidad generalizada, pero como digo siempre, no hay un lugar o momento para emprender, y nuestra presentación se basa en eso y en superar las barreras de la frustración.
Con una gran parte de Europa en crisis, ver como iniciamos los emprendedores de América, es una buena manera de "inyectar" herramientas diferentes a las tradicionales en los jóvenes europeos.. pero sin embargo, lo que me dí cuenta es que los europeos tienen muchas mas herramientas y oportunidades que nosotros (aún con la crisis) y que lo que NO han desarrollado aún en los jóvenes es la pasión y la emocionalidad por crear sus emprendimientos.
La emoción y la pasión son recursos tanto o mas importantes que el capital o la oportunidad de negocio, y conversando con muchos jóvenes españoles e italianos, creo que necesitan escuchar y sentir, en sus ámbitos de aprendizaje, muchas mas cosas relacionadas a sus sentimientos, sus inseguridades, y su potencial.. sobre todo a los que tienen la chispa emprendedora y no se animan a dar el siguiente paso.
Las Universidades deberían comenzar a trabajar fuertemente en la inteligencia emocional de sus alumnos, para incentivarlos y motivarlos a emprender, ya que con todo el talento que hay en la UE, los recursos y facilidades con que cuentan y la necesidad de las ciudades de "atraer" generadores de empleo (ver a Martín Varsavsky en LaRedInnova 2011).. tienen un escenario ideal.. que si no lo ven los jóvenes de aquí, no va a pasar mucho tiempo, en que lo aprovechemos emprendedores de África, América y Asia.
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